Lograr que nuestras acciones y comportamientos nos conduzcan a la prosperidad y el éxito, requiere la elección consciente de pensamientos correctos. Por tanto, si deseamos alcanzar objetivos, debemos aprender a elegir prudentemente los pensamientos y acciones que sean acordes con los resultados que nos hemos propuesto.
Desarrollar la capacidad de elegir constantemente las decisiones que nos proporcionan mayor beneficio, es lo que se conoce como inteligencia emocional. Y aunque en teoría puede ser sencilla su explicación, en la práctica puede ser un reto su aplicación. Sin embargo, entender el proceso que se produce desde las sensaciones hasta las acciones, es el primer paso para generar decisiones acertadas.
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Entonces, lo primero es saber que estamos constantemente interpretando la realidad, y que ésta interpretación la hacemos desde nuestra experiencia, nuestras creencias y en definitiva de todo lo que hemos vivido. Por lo tanto, partiendo de esta realidad y casi de manera automática se generan sensaciones que producen emociones.
De tal manera que por ejemplo, si usted a iniciado un estilo de vida saludable consumiendo alimentos nutritivos, y va por la calle y se encuentra un anuncio publicitario de una comida que disfruta (realidad y experiencia), usted podría sentir el deseo de comer esa comida que tanto le gusta (sensaciones).
Adicionalmente, y casi automáticamente, esas sensaciones generan pensamientos; unos coherentes con el objetivo propuesto (continúo con mi dieta saludable) y otros alejados del objetivo (decido comer la comida poco saludable del anuncio y prometo empezar mi dieta mañana). Evidentemente, este momento es el instante decisivo, donde debe primar la fortaleza y dominio en la elección de nuestros pensamientos y acciones.
En esta fase, es donde nos hacemos cargo y ejercitamos la voluntad y determinación. Adicionalmente, definir nuestro propósito, tener claro dónde queremos llegar y que queremos alcanzar nos ayudará a ser más asertivos al momento de tomar nuestras decisiones. Debemos estar conscientes que somos seres emocionales y que las emociones llegan a nuestras vidas sin invitación.
Éstas surgen automáticamente producto de la realidad que vivimos. Sin embargo, somos nosotros quienes tenemos el poder extraordinario de decidir conscientemente los pensamientos y comportamientos más provechosos.
Recuerde. “El que vence a los otros, es fuerte. El que se vence a sí mismo es poderoso.” Lao Tsé.