Estamos a pocos días de celebrar la Navidad, esta época especial del año, cuando las familias y amigos se reúnen para compartir momentos alegres y disfrutar de los tradicionales festejos navideños. Y como es costumbre, una parte habitual en esta festividad, son los regalos. Para muchos, la búsqueda del regalo perfecto para compartir en esta navidad puede ser un gran desafío.
Curiosamente, hay regalos que no se encuentran en los aparadores de las tiendas, ni poseen costos monetarios. Sin embargo tienen el poder de marcar nuestras vidas para siempre. Entonces, ¿de qué regalo estoy hablando? ¿cúal podría ser el regalo perfecto en esta Navidad?
Mi propuesta como coach de vida, es esmerarnos por compartir un tiempo de paz, amor y alegría en nuestros entornos laborales, familiares o con amigos . Procurando ser asertivos a la hora de distinguir y seleccionar en cada momento, los pensamientos y comportamientos que nos permitan crear ambientes de paz y relaciones saludables.
Y es que tener la capacidad de distinguir y seleccionar pensamientos y comportamientos más favorables para mantener relaciones sociales agradables, es poseer inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es la habilidad de dirigir con consciencia y voluntad los pensamientos y comportamientos que nos conducen a situaciones o lugares más prósperos o beneficiosos. Incluso a costa de reprimir deseos momentáneos, por beneficios mayores. Entonces hablar de trabajar con inteligencia emocional para mantener relaciones sociales saludables, es hablar de entregarnos a los demás con responsabilidad. Sabiendo que seremos capaces de anteponer la cordialidad, comprensión y empatía, ante las emociones y pensamientos egoístas que puedan surgir en el momento.
No se trata de reprimir las emociones, se trata de generar y dirigir a los pensamientos, y que estos nos conduzcan hacia comportamientos más beneficiosos para nosotros y para quienes nos rodean. Entonces, hablar de inteligencia emocional, es hablar de carácter, de determinación, de fortaleza y sacrificio.
De esta manera, si regalamos en esta navida una comunicación generada desde la inteligencia emocional, garantizaremos la existencia de ambientes llenos de paz y armonía, donde la comprensión y empatía estén presentes.
En definitiva, podemos darnos cuenta, que el mejor regalo algunas veces no es el que viene envuelto en un paquete, es el que nace de la entrega personal de actuar correctamente, procurando en todo momento hacer el bien.