La mayoría de los clientes acuden al coaching de vida para alcanzar objetivos específicos como cambiar de puesto de trabajo, tener un cuerpo más sano, escribir un libro, etc.
Realmente no vienen al coaching pidiendo “una vida más plena”. Sin embargo, detrás de esos deseos hay siempre algo más grande, un sentimiento interior de conectar con la propia esencia, con su propósito, es decir, encontrar su ¿Para qué?.
Una de las cosas más valiosas que hacemos los coaches es ayudar a nuestros clientes a descubrir y persiguir aquello que quieren a pesar de las circunstancias, a pesar de todas las voces a su alrededor que les hacen permanecer estáticos y de la voz de su propio saboteador interno que les roba ánimo y les carcome el valor.
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Encontrar el camino que conduce hacia la plenitud no es tarea fácil. Algunas veces, hemos aprendido a negarnos la oportunidad de soñar.
Sin embargo, debemos estar conscientes que el único momento que tenemos para vivir una vida plena, es mientras estamos vivos.
Mi invitación hoy, es que encuentres tu propósito y te permitas descubrir qué es eso que más deseas en la vida y te haría sentir pleno. Quiero invitarte a reflexionar sobre: ¿Qué es eso que quisieras lograr si no tuvieras límites?.
Optar por vivir una vida en función de nuestros sueños no es lo que la sociedad nos ha enseñado a hacer: la mayoría de nosotros hemos aprendido a conformarnos, y la frase “bueno, no está mal, podría ser peor” puede ser el slogan personal de más de alguno.
Así de esta manera, algunas personas han aprendido a dejar de perseguir sus sueños, cambiado el coraje por la tolerancia y la determinación por el consentimiento, dándose por vencidos y dejando atrás aquella ilusión que los hacía resonar.
Optar por alejarnos de nuestros sueños y tomar decisiones en función de “lo que quieren los demás, lo que es más fácil, lo que causa menos disgusto, lo que evita enfrentamientos, etc.”.
Nos convierte en personas disonantes, cuyo presente y futuro no es definido con consciencia, sino por la suerte o la elección del “destino”.
La buena noticia es que si hoy estás leyendo estas líneas, estás lleno de vitalidad y por tanto, es un momento valioso para reflexionar sobre cuál es ese propósito que te haría sentir pleno. En otras palabras, ¿qué haría falta para que te sintieras pleno?.
Y no me refiero solo a algún día en el futuro, cuando hayas alcanzado tu objetivo, sino hoy. Porque la plenitud está a nuestro alcance todos los días de nuestra vida.
Vivir de forma plena es un acto radical que requiere de coraje y un compromiso, donde el primero a quien debemos aprender a respetar es a nosotros mismos.
Atrévete a soñar y diseña tu vida con los colores y matices que solo tú quieras. Incluyendo en este boceto de tu vida lo que verdaderamente tiene sentido para ti, lo que te motiva y te hace sentir pleno. Date permiso de tomar decisiones basadas en tus propios valores y descubre cómo es vivir plenamente, en lugar de sobrevivir.